jueves, 10 de abril de 2014

VERACRUZ: CATEMACO Y SALTO DE EYIPANTLA

Tras un día de reposo en Veracruz, a dos horas de bus se encuentra el lugar de los chamanes, Catemaco. La santería, el oscurantismo y el cristianismo están muy presente en la vida de muchos mexicanos casi tanto como el cristianismo y Catemaco ha sido tradicionalmente la cuna de la chamanería y el misticismo. Allí se celebra cada año una especie de convención de estos señores en la que realizan supuestas curaciones y limpias como ellos las llaman y se elije al chaman ganador. También es cierto que es muy complicado encontrar a un verdadero y tradicional chaman auténtico ya  los charlatanes y oportunistas superan a estos. En este pueblo creo que no había hostels y me alojé en la posada muy coqueta de una señora alemana  por 200 pesos, llamada la Casa Rosa.

Catemaco es también conocido por su lago de origen volcánico que le da un color verdoso al agua. Entre los atractivos se encuentra un tour que consiste en un paseo en barca para ver algunos lugares e islitas como la de los changos y la Agaltepec. Una de las paradas es en un lugar donde te ofrecen "pasar consulta" con una chaman, por supuesto esto se paga aparte, y ponerte una mascarilla de lodo, esto si de forma gratuita, y posteriormente retirártela con agua mineral sacada de un pozo en la siguiente parada. Lo mejor es poder acercarte a ver los monos traidos desde Tailandia para su reproducción en una pequeña y a la que les llevan cada día fruta porque no esxiste alimento en ella. 

Se pueden observar dos tipos de primates, unos estos barrigones traidos de Tailandia y otra especie es el mono araña, el cual se encuentra de forma autóctona en varios lugares del país. En una de las paradas pudimos ver un criadero de cocodrilos y alguno ya adulto en una zona empantanada. Caminando hacia el criadero con el guía vimos una serpiente de coral, de un color rojo muy vivo con franjas negras y parte trasera cebreada de negro y amarillo, tan chula como venenosa, que no estaba previsto apareciese en nuestro camino. Algo que tampoco esperaba ver aquí fueron flores de Loto, también traidas de Tailandia y que crecen en el lago y se dejan ver en la superfeicie.

UNA DE PICARESCA - la mexicana, tan legendaria como la española. Me encuentro junto al embarcadero del lago y un chico se acerca preguntando si busco barca y como es muy temprano y no hay turistas aun, me dice que puedo pagar 900 pesos por la barca para mí solo o esperar a que se llene y pagar 160, por lo que prefiero esperar. Al poco aparecen dos italianos y pagan 900 por la barca y el chico me dice que monte con ellos. A medio recorrido el lanchero no para de pedirme los 160 pero le digo que cuando llegue a tierra porque solo llevo 500. Un italiano se da cuenta y me pregunta cuanto he pagado y que si me está pidiendo dinero a mí y al llegar al pueblo le recrimina al chico que me cobre a mí cuando él ya ha pagado la lancha, por lo que mis 160 deberían ser para él.

El lanchero y su hermano ponen una cara de "nos han pillado" pero insisten en que era lo que habíamos acordado, pero al decirles seriamente que no era justo finalmente ceden y pago mis 160 a los italianos. Mi recomendación es regatear siempre los precios y no aceptar nunca a la primera ya que el precio final puede bajar bastante.
Catemaco es un lugar tranquilo, humilde y agradable. Es precisamente de los tipos de lugar que más me gustan por la mezcla de naturaleza y ambiente de pueblo más relajado, pero a la vez muy vivo.



 SALTO DE EYIPANTLA

Y por fin llega uno de los lugares más esperados, aquel en el que un mexica bueno huye de los mexicas malos y al llegar a una catarata enorme salta y sobrevive a la caída de 40 metros, estoy hablando de la película de Apocalyto, y esa es la majestuosa maravilla natural llamada Salto de Eyipantla. Para llegar hasta aquí se coge un bus de segunda que va de Catemaco a San Andrés Tuxla y viceversa y hace una parada en un cruce entre las dos poblaciones, para desde ahí coger otro que te lleva casi a la misma entrada, en un pequeño poblado. En la misma taquilla de boletos el sonido del agua resuena impresionante. Conforme bajas las escaleras te vas acercando a la zona baja donde mejor se puede contemplar la caída. Es una pasada contemplar como el inmenso caudal 

del Río Grande de Catemaco deja caer toda su agua y sentir la neblina que se genera y que te va calando incluso estando a decenas de metros. Cuesta trabajo tomar una buena foto si no es a una distancia mínima. Después toca subir las cansadas escaleras y cruzar un puente colgante rodeado de vegetación hasta la zona del mirador donde puedes ver todo el valle de selva tropical y la continuación del río y casi tocar el agua antes de empezar a caer. No quería irme, sería el embrujo del agua que te colapsa los sentidos. Sin dudarlo, no dejéis de visitar este lugar antes de salir del Estado de Veracruz.




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1 comentario:

  1. La viborita roja, muy bonita pero si me la encuentro en persona salto del susto hehehe :)

    Saludos!!

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