domingo, 4 de mayo de 2014

CHIAPAS - NATURALEZA Y TRADICIÓN Y RUINAS DE CALAKMUL

Desde la catarata de Eyipantla cogí un bus de segunda hacia San Andrés Tuxla y de allí uno de primera hacia Tuxla Gutiérrez y después taxi al Pueblo Mágico de Chiapa de Corzo, donde pasé la primera noche en el Estado de Chiapas. He de decir que me resultó difícil encontrar un hospedaje económico y decente ya que era media noche ya. Al final lo encontré, pero no muy decente (Hotel Posada de Sonia), no lo recomiendo. En este pueblo se encuentra el embarcadero donde salen las barcas que recorren el Cañón del Sumidero hasta una presa donde se genera electricidad y vuelta al inicio. En el recorrido se puede ver las imponentes paredes del cañón y alguna otra cosa como una cueva donde hay una virgen expuesta y todos los años se hace una peregrinación. Es muy bonito 

aunque ya se sabe lo que pase cuando te haces demasiadas espectativas de algo... El siguiente pueblo era el más popular y poblado de turistas extranjeros de Chiapas, San Cristobal de las Casas, a 2000 metros de altitud. Sus casas y sus plazas son muy coloridas y con una edificación de estilo colonial. En el ambiente en las calles se entremezcla lo tradicional y lo moderno. En un extremo ves desde gentes muy humildes que vienen de las zonas más pobres en poblados cercanos a ganarse la vida con lo poco que ganan vendiendo collares, muñequitos de trapo hechos a mano, y por el otro a turistas, bohemios y trotamundos con sus guitarras y sus mochilas, huyendo de sus hogares en las grandes ciudades europeas y estadounidenses. Hay cientos de hoteles, hostales y camas en hosteles muy económicas.

A media hora en colectivo se encuentra un pueblo llamado San Juan de Chamula, a 2200 metros de altitud, conocido por su colorida iglesia por fuera, y mística y esotérica por dentro. Pasear por las calles y el mercado de este pequeño pueblo es estar en las entrañas de Chiapas. Humildes puestos de todo tipo de hortalizas, verduras, chiles, ropas, ambar y un sin fin de cosas en improvisados tenderetes o en el suelo sobre mantas. Y junto a este mercado se encuentra la iglesia a la que puedes entrar por unos pocos pesos. En su interior emerge un tétrico ambiente creado por la mezcla de cristianismo y santería creada por cientos de velas encendidas sobre el suelo junto a puñados de hojas de pino y gentes rezando en lenguas nativas, pudiendo ver incluso el sacrificio de alguna gallina, es impactante. No se permite tomar fotografías ni vídeos en el interior. Algo que me llamó la atención de este pueblo es la inexistencia de policía, resolviendo los problemas de los vecinos por parte de unos señores con unas vestimentas tradicionales con rango de autoridad. En cada esquina se respira tradición Tzotzil y humildad extrema, imagino que esto lleva aparejado ver algunos niños descalzos por las calles e indigentes pasados beber pox. Chamula no te deja indiferente.


Palenque fue el siguiente destino. Me gustó mucho este pueblo. Desde allí fui el primer día a ver las increíbles ruinas de Yaxchilán. Para poder llegar había varias horas en colectivo hasta Frontera de Corozal y desde allí coger una embarcación por el río Usumacinta que hace de frontera natural entre México y Guatemala. Tras casi una hora el lanchero te deja en unas escaleras que te llevan a las ruinas escondidas y te da unas pocas horas para disfrutar de este increíble conjunto arqueológico casi engullido por la selva. A la vuelta hacia Palenque no pude aprovechar y ver las ruinas de la ciudad por la hora que se hizo por tantos controles policiales y militares por el paso de personas ilegalmente desde El salvador, honduras y Guatemala. 

Al día siguiente fui temprano a ver la preciosas ruinas de Palenque, me encantaron no solo por las ruinas sino por su entorno, ya que dentro de la zona arqueológica puedes ver la cascada del Murciélago, el sonido del agua de sus arroyos y el sonido de los monos aulladores. En una de laspirámides se encuentra la tumba de Pakal, gobernante maya del siglo VII, y aunque no es posible verla si que se puede ver el sarcófago de su mujer en otra de las pirámides. Merece mucho la pena la visita. Tras esto puedes pasar y ver el museo del sitio donde se exponen numerosas piezas arqueológicas encontradas en la zona.

Con casi todo el día por delante pregunté como visitar las cascadas de Misol-Ha y Agua Azul y encontré un colectivo que te lleva a una y luego a la otra y te trae de vuelta a Palenque. Misol-Ha es una pequeña cascada, comparándola con Eyipantla, pero en un entorno precioso y tiene un baño buenísimo por su agua no muy fría. Se puede pasar por detrás de la cascada y subir hasta la entrada a una gruta llena de murciélago y para la que hay que pagar nuevamente unos pocos pesos. Solamente podíamos estar una hora allí antes de continuar a Agua Azul. Estas son un conjunto  de cascadas con el agua de un color azul tan intenso que parece artificial. La panorámica es un placer para la vista y el baño solo apto para aquellos que toleren el agua muy fría.






Chiapas es más que un Estado, para mí es sinónimo de naturaleza salvaje, de cuidado de su tradición indígena y gente humilde, que como gran parte del país vive gracias al turismo, y a cambio quien lo visita se lleva unos recuerdos e imágenes impresionantes. Mi paso por esta tierra ha sido una experiencia muy mágica. La naturaleza y el verdor del paisaje te absorven y se disfruta hasta en las largas horas de viaje en autobús.


  


CALAKMUL

Y las últimas ruinas mayas del viaje iban a ser las más recónditas. Están situadas en medio de una reserva natural en el Estado de Campeche y para llegar hasta ellas debes coger un bus de segunda desde escárcega hasta Chetumal y decirle que te deje en el cruce para ir a las ruinas de Calakmul. Luego tienes 60 km de camino serpenteante entre pura selva y por el que cuando te encuentras con otro vehículo de frente uno debe para y ladearse al máximo para poder continuar. Ya en el cruce después de varias horas de autobuses me encuentro con que para hacer esos 60 km tienes que ir con 

un tour contratado, vehículo propio o alquilado o pagar un taxi para mí solo que era un disparate. Menos mal que ví por casualidad a dos jóvenes rusos con su 4x4 alquilado y les pedí ir con ellos hasta las ruinas y pagarles parte de la gasolina, y accedieron. Calakmul son las ruinas mayas más altas y puedo decir que pude comprobarlo subiendo los cientos de escalones de alguna de sus pirámides, pero el esfuerzo tiene su recompensa con las increíbles vistas donde la mirada se pierde en el horizonte verde y azul del cielo. No había más turistas por la zona ya que era la hora casi del cierre y estuvimos un buen rato en lo alto de la pirámide en silencio escuchando el sonido de la naturaleza y el viento. Fueron momentos únicos.





De vuelta nos pilló una tromba de agua de repente que igual que vino a los pocos minutos se fue. Llegamos a Xpujil y busqué alojamientos económico (200 pesos) para los rusos y para mí. Su agradecimiento por mi ayuda como intérprete fue que no quisieron cobrarme la gasolina por mas que insistí, ya que habían estado pagando 600 pesos de mínimo por noche. Estas experiencias son lo mejor de cada viaje.

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