martes, 13 de mayo de 2014

MERIDA - YUCATAN - QUINTANA ROO - RIVIERA MAYA

 MÉRIDA

Y todo lo que vendría a continuación sería ya en el Estado-Paraíso de Quintana Roo, parte de la zona que se conoce como Riviera Maya. Mi idea era subir hasta la ciudad de Mérida por la ciudad de Campeche pero tras preguntar a mis nuevos amigos rusos hacia donde se dirigían, decidí ir con ellos a Tulum y desde allí coger un autobus hacia Mérida, ahorrando así tiempo y dinero. La primera parada fue en la laguna de Bacalar, donde el baño de agua templada que nos dimos fue un lujo. Este lugar no estaba en mi agenda sino en la de mis amigos, y fue todo un acierto Tras esto continuamos hacia el norte y a 4 km del pueblo con el mismo nombre que la laguna se encuentra un cenote, llamado "cenote Azul". Es un cenote descubierto, como una piscina natural, de los que abundan en esta zona. Es un buen sitio para refrescarse y tiene un restaurante que me pareció razonable para comer. Cuando estás agusto todo pasa muy rápido y cuando me quise dar cuenta ya estaba despidiéndome de mis nuevos amigos y en un autobús hacia Mérida.

El calor era muy intenso en esta ciudad, no quiero ni imaginarme un mes de julio. Nada más llegar fui a mi único hospedaje reservado con antelación, junto con el de DF. Iba a ser mi primera vez que alguien me alojase por medio de Couchsurfing y fue en "La Casa del Tío Rafa" . Fue una experiencia y un trato excepcional el que recibí de su gerente, Rafa, quien quedó más contento que un ocho con mi regalo de turrón de Alicante. Fue especial el buen rollo que había con gente de varios países y un humilde espacio compartido donde puedes comer con todos juntos como si nos conociésemos de toda la vida. Aquí pude conocer algunas formas de vivir y de pensar de algunos huéspedes que hacen abrir la mentalidad y replantearse todo.

En cuanto a la ciudad pude ver algunas de los lugares más destacados como el paseo de Montejo, cuyo nombre lo recibe del español y fundador de la ciudad en 1542. Otros puntos que caracterizan a Mérida son algunas de sus mansiones coloniales, la Catedral, el Palacio Municipal, la Plaza de la Independencia, el Palacio del Gobierno y sus exposición de murales con temas históricas de México, muy digno de ver. Lo que más me llamó la atención de Mérida es su imponente y bien conservado estilo colonial.
Otro de los motivos que me llevaron a Mérida fue para conocer a Juanjo, un valenciano afincado en esta ciudad desde algunos años ya. Juanjo trabaja como músico en la Orquesta Sinfónica de Yucatán y tiene un proyecto social junto a su mujer llamado EDUCARTE.

En este proyecto se cuenta con alguna ayuda gubernamental y se trabaja con niños en riesgo de exclusión social de las zonas más pobres de la ciudad y sus alrededores, introduciéndolos en el mundo de la música y otras actividades con el fin de evitar que caigan en malas manos en la calle. Vayas donde vayas siempre encuentras una buena causa y una buena acción de personas involucradas con problemáticas ajenas. Y como le prometí a Juanjo, pongo un enlace para quien quiera colaborar puede comprar la descarga de una canción hecha por los niños y cuyo título es "La música en mí".

 QUINTANA ROO - RIVIERA MAYA


Tras Mérida tocaba poner la guinda final a este viaje en un Estado en el que se desbordan los sentidos por su belleza y sus playas. Tres días dediqué a mi segunda vez en Tulum. A pesar del auge turístico de este pueblo sigue siendo un estupendo lugar donde coger una bicicleta y pedalear hasta la zona de playa, a unos cinco kilómetros del pueblo. Su mejor atracción son sus ruinas mayas, las únicas junto al mar. Es algo que no puedes perderte. Yo no las visité porque ya lo hice en el anterior viaje, por lo que pasé todo el tiempo paseando y bañandome en una playa de película junto a la de las ruinas, llamada Playa Paraíso. Uno de los días cogí un colectivo para ir a la playa de Akumal, a veinte minutos de Tulum,

y ver tortugas gigantes y rayas enormes. Puedes alquilar un equipo de snorkel y chaleco obligatorio o comprarlo en alguna tienda. Es muy bonito ver a estos animales tan cerca de la orilla y tan fácilmente. Es muy fácil fotografiarlos si llevas una cámara acuática ya que parecen estar muy acostumbrados a los grupos de curiosos turistas que cada día las visitan. En cuanto al molesto chaleco salvavidas es obligatorio no porque haya peligro en el mar sino por evitar tocar el coral del fondo del que se alimentan los animales.

Nunca te sacias de paraíso pero hay que continuar el viaje, y el siguiente destino y al que visito por segunda vez también es Playa del Carmen. Este es otro paraíso pero en una ciudad mucho más turística y gente de todo el mundo. Un paseo por la Quinta Avenida permite entender hasta que punto ha llegado a invadir el turismo a este antiguo pequeño pueblo de pescadores. Lo mejor de mi visita a Playa fue la oportunidad de ver la magnífica exhibición de unos Voladores de Papantla y disfrutar una vez más de su playa y sus chiringuitos. Aquí puedes disfrutar de un ambiente de fiesta nocturna, actividades culturales y del mar Caribe. Quizás por este combinado recibe tantos visitantes cada año.

Y para pasar mis dos últimas noches elegí Isla Mujeres, una pequeña isla cerca de Cancún, donde se coge el ferry. Esta pequeña islita tiene lugares muy tranquilos para relajarse viendo el mar y para recorrerla se ha puesto de moda el alquiler de carritos de golf para turistas. Estaba todo lleno de estos vehículos conducidos sobre todo por americanos. Pese a esto aún conserva su aspecto de pueblecito isleño y puedes perderte por las pocas callejuelas caminando. Por su tamaño no se necesita mucho tiempo para verla pero es un placer descansar en sus playas y tomar algo por la zona de bares. Fue un buen lugar para ver el último atardecer de este viaje y hacerse a la idea de volver. Me vuelvo con una idea mucho más amplia de la magnitud de México, no solo por la de su enorme tamaño sino por la magnitud cultural en sus territorios.

A todo el que esté pensando en un viaje en solitario quiero decirle que no lo piense más y de el salto. Lo que más cuesta es dar el paso de comprar el billete por las dudas, miedos,... pero una vez comprado todo es planificar. A pesar de llamarse viaje en solitario es muy difícil estar solo, conoces mucha más gente y maneras de vivir que viajando en grupo, pero lo más importante es que te conoces mucho más a ti mismo y tus capacidades. Es algo que recomiendo hacer al menos una vez en la vida. Yo seguro que repetiré...




2 comentarios:

  1. Muy interesante, no hemos estado en México todavía así que me guardo tus posts para cuando llegue el momento. Muy bien relatado :)

    Un saludo

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    1. Muchas gracias :-) Yo ya he estado dos veces y te puedo decir que habrá una tercera... me encanta, espero pronto tengas la oportunidad. Un saludo

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