miércoles, 15 de abril de 2015

MARRUECOS ORIENTAL




Enero de 2015, mi primera visita al continente africano, concretamente al Marruecos por su parte oriental y parte de la región del Rif, antiguo protectorado español donde se libró la histórica batalla conocida como el Desastre de AnnualDos vehículos cargados con 5 viajeros, 5 tiendas de acampada, víveres, mucha ropa para el frío, cámaras preparadas para los increíbles paisajes que nos esperaban, gps, vino y nervios de la primera vez. Con todo este equipaje partimos a las 23:30 desde Almería hasta Melilla en el ferry Juan J Sister en una movida travesía de 8 horas y media. Como no agradecer a nuestro amigo Tomás de ÑAM DU DTO por permitirnos compartir esta experiencia con él y el grupo de amigos que realizamos esta aventura, así como los truquillos fotográficos y su receta para la paella de verduras ¡¡¡ 



Las culturas ya se pueden ver bastante entremezcladas en la ciudad de Melilla, pero nada más llegar al paso fronterizo se percibe el ambiente más caótico al otro lado de la valla. Comienzan a verse los ciclomotores con más de dos pasajeros y los vehículos que dudosamente pasarían la ITV en España, animales en la calzada, carretetas tiradas por mulas, mezquitas por todas partes... Se acercan varios hombres ofreciendo su ayuda y entregándonos un papelito blanco que hay que rellenar y entregar junto al pasaporte en la garita. El trámite para los vehículos es un galimatías llevado a cabo entre policías y gorrillas que ayudan y agobian al mismo tiempo. Tras casi dos horas entre la cola de pasaportes y el galimatías de firmas que requiere el documento que te entregan para poder pasar los vehículos, por fin comienza el recorrido en tierras rifeñas. Cambiamos dinero en el primer banco que vemos y compramos las primeras barras del rico pan marroquí.




En principio la idea era ir desde Melilla en dirección a Alhucemas y luego bajar al desierto de Merzouga pero el pronóstico de mal tiempo hizo cambiar la ruta, justo en dirección contraria al planteamiento inicial del recorrido. Conforme avanzábamos hacia el sur y nos acercábamos a la zona del Atlas el tiempo empeoraba, por lo que se decidió parar lo mínimo para comer algo y avanzar hasta lo más cerca posible de Merzouga, el punto más al sur del viaje. A mitad de camino en una zona de cedros en el Atlas, paramos para ver unos monos en libertad muy sociables con las personas que allí paran para darles comida, pero el empeoramiento del temporal nos hizo salir rápido por el peligro de quedarnos atrapados. A la vuelta los veríamos con más tranquilidad, ya que pasaríamos nuevamente por el mismo paso. Finalmente acampamos en una zona junto a un pantano, ya de noche, y como las promesas se cumplen, buscamos leña y como pudimos nos las apañamos para hacer la paella de verduras pendiente desde hacía horas.


La noche fue muy fría y ventosa por lo que no pudimos casi dormir. Con caras de cansancio y mal dormir desayunamos y recogimos para continuar la travesía.  Y unos cuantos kilómetros más adelante, la sorpresa de nuestro guía Tomás fue unas espectaculares vistas de la Kashba de Meski y el espectacular palmeral que discurre como el gran cauce de un gran río y se pierde en la lejanía. Tras la panorámica bajamos a la base del palmeral donde se encuentra el camping-oasis de Meski y su conocida piscina construida por la legión francesa en tiempos de la colonia. y observamos la vida que bulle bajo su sombra, algún pequeño comerciante vendiendo textiles hechos a mano por bere beres de la zona, mujeres lavando en un riachuelo y campesinos en sus huertos. Caminamos sobre las ruinas de la kashba, intentando imaginar como sería la vida en su interior, a lo que nos ayudaba con sus indicaciones un guía improvisado en francés y cuya traducción al castellano realizó nuestro amigo Tomás.


2 comentarios:

  1. Antonio, da gusto viajar con gente como tu, porque a pesar de ser muy joven te impregnas de lo que yo siempre he considerado esencial en el "buen viajero", que además dista mucho del común "turista". Para ti la luz, el color, el olor del aire, la mirada y la sonrisa de la gente, unidos a la grandiosidad del paisaje y de la fauna, son las capas que viaje a viaje se irán superponiendo y te darán ese caché diferente que te desliga de las prisas, el marketing y de los viajes enlatados...ánimo amigo y sigue disfrutando del viaje como yo suelo decir "...al prepararlo, al realizarlo y como no al contarlo". Me gusta mucho tu blog, y como has iniciado el relato de esta bellas experiencia viajera llevada a cabo el pasado mes de enero en tierras marroquíes.

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    1. Muchas gracias Tomás por tu comentario, espero poder compartir otra aventura contigo algún día e impregnarme de tu dilatada experiencia y tu compañía, Insha'Allah ¡¡¡

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