Sí, México otra vez, la tercera, sí, me quedan mucho mundo por ver, pero me apetecía volver a comer tacos, escuchar ese acento, esas canciones que ponen en las emisoras de radio, esos olores a tortillas de maiz recién hechas, esas salsitas, esos licuados de frutas tan ricos, esa forma de vivir al día, y probar la experiencia de pasar unos días en la selva, a lo Tarzán pero con gente, en Yucatán.
Esta vez, de esas revisiones de Skyscanner que vas haciendo cuando está el gusanillo del viaje dando vueltecitas en la cabeza, va y aparece una combianación por 450€ para 22 días y pensé, ya está, esta es la mía. Luego supe que era sin maleta, pero caí en la cuenta de que siempre me sobra equipaje, así que especial.
Esta vez, la tercera iba a visitar lugares desconocidos de mano de alguien del lugar, una amiga de Monterrey, bueno Apodaca, aunque ya está todo junto por el crecimiento demográfico tan grande pero por ser más explícito, no me vaya a coger berrinche jaja.
Esta vez, la tercera, no miré casi nada, me dejé sorprender, y el carro nos llevó desde Monterrey hasta la ciudad de Zacatecas, Estado de Zacatecas. Desde el teleférico y el mirador del Cerro de la Bufa está la mejor vista de la ciudad donde, y hay alguna estatua enorme de Pancho Villa y otros líderes de la Revolución mexicana (1910-1917),
ya que en la ciudad se libró una importante batalla en 1914 que culminó
con la toma de Zacatecas a manos de Villa y su tropa, cuyo centro
histórico es patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Luego resulta que Zacatecas tiene una antigua mina de oro y plata a la que pudimos bajar en teleférico desde el cerro. Esta mina funcionó desde el siglo XVI hasta 1960, y que ahora tiene una visita turística guiada interesante con muchas curiosidades sobre las condiciones de trabajo de la época, como que usaban pájaritos enjaulados para detectar gases, vamos que si el pájaro espichaba salían corriendo jaja, y un museo al final del recorrido, y un "antro" en su interior¡¡¡
Y 635 KM DESPUÉS...
Llegamos al pueblito de montaña llamado de Mineral del Chico, dentro del Parque Nacional del Chico, ya en el estado de Hidalgo, a una casita rural muy cálida y acogedora. Dos días para relajarse, en el mismo sitio, en mi caso son más que suficientes...
Y esas cosas que pasan en los viajes, como me iba a imaginar que a solo 100 km de aquí me podría encontrar una maravilla de la naturaleza, las Grutas de Tolantongo. Tras un camino serpenteante entre valles, montañas y paisajes desérticos.
Y 635 KM DESPUÉS...
Llegamos al pueblito de montaña llamado de Mineral del Chico, dentro del Parque Nacional del Chico, ya en el estado de Hidalgo, a una casita rural muy cálida y acogedora. Dos días para relajarse, en el mismo sitio, en mi caso son más que suficientes...
Y esas cosas que pasan en los viajes, como me iba a imaginar que a solo 100 km de aquí me podría encontrar una maravilla de la naturaleza, las Grutas de Tolantongo. Tras un camino serpenteante entre valles, montañas y paisajes desérticos.